Del Entorno - Almafuerte
 

Del entorno (Ricardo Iorio)
Lucero del alba (Ricardo Iorio -Claudio Marciello)
Hacia el abismo (Ricardo Iorio -Claudio Marciello)
Por nacer (Ricardo Iorio -Claudio Marciello)
Amistades de tierra adentro (Ricardo Iorio)
Los delirios del defacto (Ricardo Iorio)
1999 (Ricardo Iorio)
De la carne (Ricardo Iorio -Claudio Marciello)
Hombre peste (Ricardo Iorio -Claudio Marciello)
Rubén Patagonia (Ricardo Iorio -Claudio Marciello)
Presa fácil (Ricardo Iorio)
 


Del entorno

Trabajadas magias, del oscuro error.
Hacen a mi carne, suspirar por brillo.
Resisto a la idea de darle al papel,
frases metaleras del entorno mío.
Y el de tantos, que mi canto
causa espanto o no advierten.
Que me cago en la moda.
En la cumbiamba y su joda.
En el amor mentido y el
castigo divino.
Dios es amor dice el pastor.
Llegar del trabajo la tarde me vé.
Sumarme a la charla y enterarme de que.
Parapoliciales de investigación.
Muertos a piedrazos, fueron por los vecinos.
Que no duermen, porque venden,
la sustancia cortavino.
A la hora de hacer cola.
Niñas madres, y travestis también.
El amanecer llegando al barrio.
Hasta mi ventana,
escucho el cantar de un
sobreviviente gallito pinino,
anunciando el día.
Y el paso del tren
rodando las vías
que van hacia su destino.
Como tantos que mi canto
causa espanto o no advierten.
Que me cago en la moda.
En la cumbiamba y su joda.
En el amor mentido y el
castigo divino.
En esta razón
yo estoy fundido.
 
 
 
 
Lucero del alba

Por quererte ver,
Lucero del alba.
Tropecé y caí al regresar de andar en nada.
Pasa el siglo veinte
y la ciudad Central me amarra
con su mano de cemento etereo,
al vicio de madrugarla.
Alcé mis ojos al cielo,
cuando cruzaba la plaza.
Queriendo verte Lucero,
pero no pude ver nada.
Nada más que miserables
palomares de concreto.
Tras el ramaje abatido
de uno árboles resecos.
Esta visión me distrajo,
y pisé caca de perro.
Grité la conchasumadre,
y se detuvo el patrullero.
Ay, ay mi suerte, que suerte mala.
Por quererte ver, Lucero del alba.
Acusado por el rati
que me vió mirando el cielo
y gritar conchasumadre
en el alba del Lucero.
Bajo sospecha de adicto,
a las drogas ciudadanas.
Fui sumado al registro
de ilegalidad urbana.
Ay, ay mi suerte, que suerte mala.
Por quererte ver, Lucero del alba.
Lucero del alba,
con tu luz soñe
en mi encierro.
Ella bañaba mi carne,
y ésta con su sombra el suelo.
De los llanos apartados
del gran amontonamiento.
Donde dejaba este
canto en solitario al cielo
abierto.
Mi despertar fue
tan triste, como mi
suerte de mala.
Lucero que verte quise
pero no pude ver nada.
Nada más que miserables
palomares de concreto.
Tras el ramaje abatido
de uno árboles resecos.
En la ciudad que me oprime,
al vicio de madrugarla.
Donde no hay uno que avise.
Pero muchos que se guardan, ignorándote.
Lucero del alba.
Ignorándote. Lucero del alba.
 
 
 
 
Hacia el abismo

Planetaria depredación,
respaldada en las armas.
Dando pasos al abismo,
vas restando esperanzas.
Es de muchos no querer ver,
o no darte importancia.
A tu marcha de exterminio,
que diariamente avanza.
Mientras la humana familia, duerme.
Pachamama en el olvido se disuelve.
Gran chusma, exije milagro al santo.
Y aún, más que ayer.
Hereditaria es la succión.
Pueblo libre, sometido,
con presión monetaria.
Muy bien financia el extravío
de la conqusta espacial.
Mientras la humana familia, duerme.
Pachamama en el olvido se disuelve.
Gran chusma, exije milagro al santo.
Y aún, más que ayer.
Hereditaria es la succión.
 
 
Por nacer

Por nacer, en este suelo.
Hice un pacto yo con Dios
o tal vez fue con el diablo,
no lo sé.
Solo recuerdo el mandato decidor,
de no callar lo que tanto se calló.
Después, parece no importarle.
A quién, parece no sentir.
Tal vez, porque guardando el pan.
Se cree, dueño del buen vivir.
Pobre de él.
El orejero cipayo del patrón.
De quien decreto o palazo manda
sean ley.
Por mantener a resguardo el botín,
de los que matan con hambre
a la nación.
Donde yo, soñando estoy morir.
Como quién soñando está crecer.
Después, parece no importarle.
A quién, parece no sentir.
Tal vez, prefiere olvidar,
por bien de su propio existir..
 
 
Amistades de tierra adentro

Amistades de tierra adentro,
que forjaron mis pasos.
Aqui o allá, yendo o viniendo.
Los estoy recordando.
Amigazos que me arrimó el destino,
para ustedes lo canto.
Cantarlo he querido, pues no he de olvidar.
El sentirlos mi gente.
Los imagino sonreír al escuchar
esta canción, que cantando estoy.
Quiera el destino de nuestra nación,
reencontrarnos.
Grata amistad, en tierra adentro.
Metaleros pesados.
Que aguantan más, porque son menos.
De fierro son mis hermanos.
Argentino es mi encarne,
y aunque pese.
Soy un perro cristiano.
De arrebato esta frecuencia se borró.
Y echó parte de nadie.
Los imagino sonreír al escuchar
esta canción, que cantando estoy.
Quiera el destino de nuestra nación,
reencontrarnos. Por favor.
 

 
Los delirios del defacto

Uno más, entre tantos soy.
Que olvidar no quiere.
Los delirios del defacto.
Me ha dictado la razón.
Cantar en repudio
al genocidio ejecutado.
Porque no olviden.
Porque recuerden.
Aún, los que hoy mismo,
engendrados fueren tal vez.
La impunidad,
del perro guardián.
Por los que eligen,
quien es gobierno.
Por quien digite,
el control de este infierno también.
Sobre tu extensión.
Latina nación.
Uno más, entre tantos soy.
Que ha desviado el rumbo
de mártires y de santos.
Encontrando por cuestión.
Cantar en repudio,
al genocidio ejecutado.
Por los más chicos.
Por los que vienen.
Por los que hoy mismo,
engendrados fueren tal vez.
La impunidad,
del perro guardián.
Por los que eligen,
quien es gobierno.
Por quien digite,
el control de este infierno también.
Sobre tu extensión.
Latina nación.
Por los que eligen,
quien es gobierno.
Por quien digite,
el control de este infierno también.
Sobre tu extensión.
Latina nación.
 
 
 
1999

Falsa Fe, falso perdón de los pecados.
Dioses que, fueron vendidos y comprados.
Por cretinos que olvidaron que
el infierno es hoy.
Y que, el motivo ocultado reencarnación.
Por la T.V.. Varones putos y egoístas.
Muestran que fue, mintiendo amor como sonrisas.
Lo peor es dejarse llevar por la mierda que,
los mal cogidos de antaño siguen predicando.
No es por razón de la fuerza,
sino, por fuerza de razón.
Que la hora de su hora ya llegó.
Sin perseguirme, mando yo mi parecer.
Y que reviente el que banque,
o se aguante, Quien no es conmigo.
No es por razón de la fuerza,
sino, por fuerza de razón.
Que la hora de su hora ya llegó.
Sin perseguirme, mando yo mi parecer.
Y que reviente el que banque,
o se aguante, Quien no es conmigo.
No es por razón de la fuerza,
sino, por fuerza de razón.
Que la hora de su hora ya llegó.
Que la hora de su hora ya llegó.
 
 

De la carne

Digerida, muy pronto ha de ser,
la carne de sus cuerpos.
Se de ver, que van
con rumbo al matadero.
Que no han de volver
a pastorear los suelos
del llano rural.
Dispuso quien sea dueño.
Pues decide el rumbo final,
que aguarda el carnicero.
Quien sin demorar,
faenará el deshuello.
Para complacer
el carnívoro argento.
Sin desperdiciar
las miasmas de su infierno.
Embutidos, que
los paladares están demandando.
Como quien tiene,
demanda protección.
Con los míos voy,
transportado entre fierros
de rodado audaz.
Lejos del entrevero.
Documentación que en digital intento,
fichas saltaran. Para que aguante el diestro.
Sin miedo a perder.
Sin esperar recompensa
por darse.
Guino de más,
que despierta al despierto.
Rebasando estoy.
El vacío bostero, de quien va por más.
Lejos del entrevero.
Dieciocho son las del cerealero.
Que quedan atrás,
mientras yo voy mi suelo.
Embutidos.
Los paladares están demandando.
Como quien tiene,
demanda protección.
 
 
Hombre peste

Una madre lloraba de descontento.
Pues su hijo escapando fue descubierto.
La familia toda a pleno lamentó la herida,
de esa madre dando el grito,
de porqué le hiciste esto a mamita.
No faltó el bruto consejo de avisarle a la policía.
La falopa tiene droga.
Gritó el tano de la esquina.
Se atomó la maiguana
informó el tío Cose
y enterado el vecindario,
internado sé que fue.
Charlas de reventados, arrepentidos.
No evitaron que fugase,
de un salto limpio.
Por el parque Leloir, llegó al oeste.
Y con chamuyo legal,
testeó el ambiente,
encontrando así a su igual,
rápidamente.
Pues para escaparse ha nacido.
El hombre peste.
 
 
Rubén Patagonia

Fue amanecer, cuando un amigo.
Tu voz se trajo, grabadita en un cassette.
Escucharte me golpeó,
frío cual viento fueguino
barre los llanos selknam de pueblo aoni kenk.
Doy mi cantar
por convidar a todos.
Con el cantar que guardo,
por pasión y por verdad.
Poco común de encotrar hoy.
Peñi Ruben.
Grave tehuelche argentino.
Guardián del canto,
mapularauco quimey.
Ayeres que no son hoy,
pero que son igualitos.
Tu voz se trajo,
de más allá del Neuquén.
Doy mi cantar
por convidar a todos.
Con el cantar que guardo,
por pasión y por verdad.
Poco común de encotrar hoy.
Peñi Ruben. Yo, tus verdades no olvido.
Por eso canto, aunque pa' pocos tal vez.
Destacando tu labor.
De lucha contra el olvido.
Juzgo al rosario,
parido en la santa fe.
Doy mi cantar
por convidar a todos.
Con el cantar que guardo,
por pasión y por verdad.
Poco común de encotrar hoy.
 
 
Presa fácil

De la noche del viernes,
al domingo por la tarde.
Fui enjaulado cual misto.
Sometido al amance.
Por legales de oficio,
que mi aspecto al parecer.
Les resultó jodido.
Por metalero y pesado.
Amansadora guacha de averiguación,
horas amargas del policial encierro.
Otros tantos conmigo,
mastican el garrón.
Y buscan el olvido en la conversación.
Horas perdidas que jams tendrán después.
Etapas de la vida,
ciudad de Buenos Aires.
Con encerrar al rockero adolescente.
Cumplida es la orden por quien obedece.
Está en las calles y su imagen es pura pasión.
No calza caño, es presa fácil de someter.
Cuando llenar el jaulón se les ordene.
No es de extrañar, que al metalero se lleven.
Para escracharlo en el libraco mal parido.
Certificando así, que hubo detenidos.
Aunque inocentes.
 
 
 
 

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